Estos son los costos que ha dejado la expansión de área urbana en la rural

En los últimos seis años el crecimiento en los cascos urbanos en municipios de la Sabana se aceleró  según cifras del Camacol, teniendo en cuenta el alto número de construcción y de población que ha llegado, entre otros, a Mosquera, Madrid, Chía y Zipaquirá.

“Hemos crecido un 59 % comparando con cifras del 2011 al 2017, con una producción en promedio de 10.000 unidades al mes”, agregó Marta Cecilia Moreno, gerente de Camacol para Bogotá y Cundinamarca.

¿Cómo ha cambiado la situación demográfica en los municipios de la Sabana?

Madrid
A este municipio llegan a vivir en promedio 1.591 personas nuevas al año.

Mosquera
Al año llegan 1.743 personas nuevas.

Chía
La cifra en este municipio aumenta, pues al año son 2.910 personas las que llegan al año.

Al año llegan  2.216 residentes nuevos.

Sin embargo, esta situación, aunque ha traído crecimiento en la actividades económicas, en ingresos tributarios, en la valoración y en la diversidad cultural de estos municipios, también ha hecho que aumente el déficit en servicios sociales y públicos, como la salud y el agua potable.

“Se están afectando las fuentes hídricas, se están afectando los cursos de agua, se están afectando las zonas de bosques naturales, se está alterando la fauna, el aprovisionamiento que tienen algunas aves en estos sistemas naturales”, añade Leonardo Serrato, experto en medio ambiente de la Universidad Central.

Pero, los cambios desmedidos en el uso de los suelos que cambian la vocación rural también pondrían en riesgo la economía y el abastecimiento de alimentos de la Sabana e incluso de varias regiones aledañas.

Entre los procesos cuestionados está, por ejemplo, uno del año 2015  que autorizó varios planes parciales en zonas agrícolas alejadas del casco urbano en el municipio de Cajicá.

“Es tan importante el sector productivo agrícola para el país y particularmente para cada uno de los municipios porque son zonas que están generando ingresos a una parte de la comunidad y si se endurece o se convierten en zonas urbanizadas se está alterando con ello significativamente la actividad”, agrego Serrato.

Un estudio de Planeación Nacional muestra que las históricas malas decisiones urbanísticas han significado, por ejemplo, que hoy en Colombia el 52 % de la población habite en zonas con deficiencia en suministro de agua potable.