Familia de presunto señalado al atentado de la Escuela General Santander clama por justicia

El pasado 13 de julio fueron aseguradas ocho personas señaladas de participar en el atentando a la Escuela General Santander, perpetrado en enero de 2019. Entre los capturados está Carlos Marín, un zipaquireño de 61 años que fue cobijado con detención domiciliaria. Su familia, que todavía lo espera en casa, dice que Carlos es inocente.

El 2 de julio, día de la captura, esta fue la advertencia hecha por el presidente Iván Duque: “aquí se hace justicia y se hará justicia”, visiblemente conmocionado por el recuerdo del ataque a la Escuela General Santander,  una frase que, para Erika Marín, hija de Carlos, se ha convertido en una máxima de vida.

Ese día, muy temprano, la policía llegó a la casa Marín en busca del presunto acompañante del carro bomba que, según las autoridades, se movilizó en una moto roja. Erika dice que su papá no maneja moto.

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Para la familia, ese momento fue el inició de una historia de terror que dejó a su hermana con un shock nervioso, a su mamá a punto de enfermarse y a sus sobrinos preguntando constantemente por su abuelo.

Según Érika, el día del atentado Carlos estaba haciendo un curso para ser instructor de conducción.

El pasado lunes, en una audiencia de medida de aseguramiento, a Carlos lo cobijaron con una medida de detención domiciliaria pedida por la Fiscalía, la Procuraduría y la defensa quien también solicitó la libertad inmediata.

Las partes coincidieron en que, en medio de la investigación, no fueron tenidos en cuenta ciertos elementos como las imágenes de algunas cámaras de video, que no fueron presentadas en las diligencias; el arraigo de Carlos en su comunidad; y la confianza de sus vecinos.

Érika espera que su papá quede libre pronto, que las autoridades investiguen bien y que las leyes, en los próximos días, le hagan honor a la frase del presidente duque.

Aquí el informe completo:

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