Han pasado siete meses desde que se registró la muerte de Dilan Cruz en el Centro de Bogotá. Lo único en lo que había avanzado la justicia se cayó y, al parecer, por un error.
Dilan cayó el sábado 23 de noviembre en medio de una manifestación en Bogotá. A partir de ese momento se convirtió en un símbolo de resistencia. El caso tuvo resonancia a nivel nacional e internacional. Desde que el capitán Manuel Cubillos Rodríguez, miembro del Esmad, disparó la munición de la calibre 12, han pasado siete meses.
En abril de este año la Corte Suprema, le dió la razón a la familia de Dilan. Ordenó a la sala disciplinaria de la Judicatura revisar el caso y determinar si debía seguir o no en la justicia penal militar pero, la notificación, al parecer por error, en medio de la suspensión de términos por la pandemia, nunca llegó.
La Judicatura manifestó que se vulneró el debido proceso y la familia no ve garantías para una nueva decisión. Para defensores de derechos humanos dicen que el caso no puede quedar en la justicia penal militar donde se mantienen en la impunidad decenas de casos similares, entre ellos el de Nicolás Neira.
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