Homenaje a Alirio López, el gestor de Goles en Paz

Alirio López, ese nombre será recordado no solo por muchos bogotanos, sino por decenas de amantes del fútbol colombiano.

Hinchas de Santa Fe y Millonarios lamentaron el fallecimiento de ese sacerdote que combinaba la fe hacia Dios con la pasión del fútbol. Lo recuerdan con las enseñanzas que les dejó el religioso que buscaba la paz en el balón pie.

El padre Alirio gestionaba espacios para que hinchas de equipos adversarios pudieran compartir de manera conjunta espacios de fútbol en paz. A sus 67 años ya le había ganado muchos partidos a la vida y con cada acción que hizo dejó un legado que no se puede abandonar, aseguran algunos.

“Venimos realizando actividades para impulsar el fútbol como debe ser, desde una óptica de paz, de amistad. Nosotros llevamos varios años, alrededor de cuatro, trabajando con los compañeros de las barras tradicionales de Santa Fe”, manifestó un hincha de Millonarios.

Tuvo un acercamiento aun mayor a las barras de los equipos de fútbol con la estrategia “Goles en Paz”, que inició en Bogotá durante la administración de Antanas Mockus; las charlas, talleres y por supuesto el fútbol, eran los protagonistas.

“Con todas las barras fue muy grande y creo que los espacios que hoy en día tenemos, las mesas que hoy en día se concertan, los diálogos que podemos desarrollar; todo fue por una apuesta y la manera en que él (el padre Alirio) arriesgó todo por buscar una convivencia y un fútbol mucho más de familia, de deporte y de unión que cualquier otra cosa”, sostuvo Rafael Pedraza, hincha de Santa Fe.

Algunos de sus compañeros de trabajo han admirado a este fiel hincha de Millonarios por haberle dedicado más de la mitad de su vida al servicio de las comunidades.

“Fue mi gran amigo, yo diría que un líder espiritual, y una persona que le enseñó a la ciudad y al país que podemos vivir en sana paz, sin armas y resolviendo los conflictos de manera pacífica”, dijo Hugo Acero, secretario de Seguridad.

El filósofo y teólogo del Seminario Mayor Arquidiocesano de Bogotá padecía una enfermedad en los últimos años.

El padre Alirio, como lo recuerda la mayoría, quedará en la historia como uno de los sacerdotes que colaboró con instituciones como la Policía para resocializar jóvenes pandilleros, todo con un mensaje de esperanza.