En el país, 7'300.000 personas califican para ser atendidas como víctimas. Este es un informe especial de Capital.
Los familiares de las víctimas de desaparición viven día a día la incertidumbre de saber qué pasó con su ser querido, para ellos, realizar la búsqueda les ayuda a mantener la esperanza.
El número de personas reportadas como desaparecidas en la capital del país y en Cundinamarca es amplio.
“En Bogotá se tiene una cifra de 1.712 personas y en Cundinamarca 2.917”, sostiene Luz Marina Monzón, directora general de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas.
De las 1.712 víctimas, 1.133 corresponden a desaparición forzada, 130 en el marco del reclutamiento y utilización de menores de 18 años de edad y 449 en medio de secuestros. Aunque las cifras tienen un subregistro.
“Las cifras se han creado a partir de las competencias de las instituciones. Entonces, cada institución se limita a la cifra que le compete”, afirma Luz Marina Monzón.
Hay familiares de víctimas que dedican su vida a las labores de búsqueda, pues el recuerdo de la desaparición de su allegado es latente.
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“Mi esposo, Eduardo Torres, es víctima de desaparición forzada hace 34 años, 4 meses y 17 días”, cuenta Luz Marina Contreras, familiar de desaparecido.
Estas mujeres dejaron de lado sus intereses propios para volverse buscadoras, ya que esto les da de cierto modo reparación.
“Esto significa que cada paso que se dé para encontrar al desaparecido, por saber qué pasó, por saber dónde puede estar ese desaparecido, es un paso que va aliviando la incertidumbre de un familiar”, dice la directora general de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas.
En ocasiones, la búsqueda de personas desparecidas corre por cuenta de los familiares, según las víctimas, por falta de apoyo de los entes de investigación.
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“Tú ibas a una entidad y realmente lo que pasaba era que terminabas contando tu historia una y otra vez y no había un camino para saber qué hacer”, comenta Sofía Martínez, familiar de desaparecido.
Hace pocos días, en la capital del país, se conoció de la existencia de una fosa común encontrada en medio de las labores de investigación, en las que una mujer fue víctima de desaparición forzada en el año 1995.
“Al buscar esa persona se encontraron 25 cuerpos más, incluso no sabemos si dentro de esos 26, que son en total, esté esa persona que se estaba buscando”, concluye Luz Marina Monzón.
Pero la investigación no termina ahí, pues el trabajo más difícil es la identificación de los cuerpos.
Los familiares de las víctimas de desaparición manifiestan que después de tantos años, solo la verdad podrá hacerles quitar ese peso de encima. Pues, aunque saben que tal vez nunca volverán a ver a ese ser amado, sabrán que pasó y podrán tratar de sanar su herida, aunque no sea del todo.
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