Pasar de vivir en la urbe y trasladarse por completo a la ruralidad no fue algo fácil para Johanna Rico.

Para alcanzar su sueño, esta joven de 28 años se acostumbró a vivir sin acceso a internet y a la televisión y dedicarse totalmente a sus cultivos.

Encontró en los paisajes verdes, las coloridas flores, los cultivos, las vacas, los perros, los gatos, las gallinas y las cabras un nuevo estilo de vida. Hoy, Johanna, no cambia por nada la grata experiencia que le da  vivir en su casa en la vereda El Verjón, en la localidad de Chapinero.

Todo empezó hace algunos años, luego de terminar su carrera en Relaciones económicas internacionales en la Universidad Autónoma de Colombia.

Su proyecto empezó porque tenía que ser algo novedoso. Fue entonces cuando viajó a Estados Unidos y descubrió las decenas de variedades de hongos para usos culinarios, los cuales son muy apetecidos en lujosos restaurantes y que en Colombia no son producidos a gran escala.

Al llegar a Colombia, Johana se empeñó en investigar sobre los hongos; cómo se cultivaban y cuál era su proceso de producción. Incluso se preparó en la Universidad Nacional sobre el tema.

“Acá está toda mi vida, empezamos en ceros, no teníamos absolutamente nada. Yo era una persona de ciudad y me vine a vivir al campo, no tenía internet, televisión y no sabía nada de vivir en la ruralidad. Fueron muchos cambios para lograr lo que ahora tengo. Me siento muy orgullosa”, añade Johana.

Sin embargo, según cuenta, no ha sido tarea fácil ni para ella, ni para su familia, quienes también han hecho parte de este sueño cumplido.

Los hongos no dan espera y su puntual ciclo de producción hace que las jornadas se extiendan hasta altas horas de la noche e incluso les corta el sueño, todo esto con el fin de cumplir con el objetivo de producir este alimento.

Finalmente, desde hace dos años, esta joven emprendedora se ha convertido en una de las pocas cultivadoras y productoras de estas especies de hongos en la ciudad (Orellana café, Orellana rosada, Shiitake, Portobello, entre otros), produciendo hasta 15 kilos por mes, los cuales son distribuidos a diferentes sitios de Bogotá, entre ellos el restaurante La Ventana del Hotel Hilton, quienes usan este alimento en algunos de los platos más exquisitos que allí se sirven.

La calidad de los hongos y su peculiar sabor fueron las principales cualidades que destacó Nicolás Piatti, el chef de este reconocido restaurante, quien a través de esta cadena hotelera ha apoyado el proyecto que Johana emprendió.

Este chef se siente orgulloso de la labor de esta joven cada vez que llega hasta esta retirada vereda de la ciudad.  Allí se convence que los productos que les ofrece a sus comensales son 100 por ciento orgánicos y de alta calidad.

A futuro, Johanna espera expandir sus invernaderos, además, cuenta con el apoyo del chef Piatti, quien aspira a presentar próximamente el proyecto sostenible de esta emprendedora en el Travel with Purpose Action Grants, el cual busca fomentar el desarrollo económico de las comunidades, así como la capacitación en temas de cuidado, restauración y preservación de recursos y hábitats naturales.

DANIELA RANGEL R.
Periorista Canal Capital

Así es el proceso de cultivación y producción de los hongos para usos culinarios

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