Se conoció que el Consejo de Estado aceptó la solicitud de nulidad del laudo arbitral por el mal manejo del relleno sanitario Doña Juana por parte del Centro de Gerenciamiento de Residuos Doña Juana (CGR) y suspendió sus efectos.

¿Qué decía el laudo arbitral?

El pasado mes de abril, un tribunal de arbitramento de la Cámara de Comercio había obligado a la Alcaldía de Bogotá a pagar una suma de 64.500 millones de pesos al operador CGR. Sin embargo, el Distrito se mostró en desacuerdo y solicitó un recurso de anulación. Decisión que aceptó el Consejo de Estado.

Por su parte, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, celebró la decisión que suspende de manera inmediata los efectos de la decisión arbitral o demanda que se había entablado contra la Alcaldía por 64.500 millones de pesos.

A través de su cuenta de Twitter se pronunció al respecto:

“Gran noticia para el bolsillo e interés general de los bogotanos”, mencionó la mandataria. 

Sin embargo, el operador CGR resaltó que dicha aceptación del Consejo de Estado no significa que el Distrito se haya salvado.

"El Consejo de Estado no ha fallado el recurso de anulación presentado por la UAESP: no ha proferido ninguna decisión de fondo. Esa alta Corte simplemente admitió, es decir, va a dar trámite a los recursos de anulación interpuestos por ambas partes y no solamente al presentado por la UAESP, como pretende hacer ver el Distrito", mencionó el CGR en un comunicado de prensa.

¿Y esto qué implicaciones tiene para los damnificados del derrumbe de Doña Juana en 1997?

Ninguna, pues han pasado 28 años y, según las víctimas de aquella explosión causada por la acumulación de gases lixiviados, el Distrito aún no repara a las víctimas de los barrios La Aurora y Mochuelo Alto.

Los damnificados denuncian ante la Defensoría del Pueblo, entidad encargada de hacer el desembolso, que no se les ha pagado; además, mencionan que la afectación no ocurrió sólo a finales de los años 90, sino que hoy en día siguen siendo víctimas de los olores nauseabundos y las moscas.

Como un “paisaje tóxico urbano” los ciudadanos han tildado al relleno sanitario Doña Juana, pues con 35 años de funcionamiento aún afecta la calidad del aire, la compactación y cubrimiento de residuos. Los líquidos lixiviados y los taludes aumentan los malos olores.

Entre tanto, los y las habitantes cercanos al relleno esperan ser indemnizados pronto, pues llevan más de 40 años viviendo allí y no les quedó otra opción que acostumbrarse a las consecuencias de vivir al lado de Doña Juana.

Por: Melissa Guevara

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