Agencia Anadolu

A partir de este viernes 23 hasta el 29 de agosto se realizará el sexto Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos en Colombia, el cual llega simultáneamente a las ciudades de Bogotá, Cartagena, Medellín, Barranquilla y Pereira con largometrajes de ficción, documentales, cortos y cintas animadas que pondrán al público a reflexionar sobre esta temática.

El festival arrancó en 2013 cuando su directora, Diana Arias, y su productor ejecutivo, Edwin Díaz, se encontraban realizando un documental sobre el desplazamiento de la comunidad indígena U’wa.

“Junto a otros colegas que estaban haciendo documentales nos dimos cuenta que en Colombia no había muchos espacios de exhibición para este tipo de contenidos. De ahí viene la primera idea de crear un espacio y se fueron juntando diferentes intereses y articulando muchas instituciones”, cuenta Arias.

Después de los dos meses que duró la primera convocatoria, Arias y Díaz tenían 400 películas inscritas, de 40 países.

“Desde el principio sabíamos que no queríamos ser un festival de denuncia y derechos humanos exclusivamente, entonces buscamos películas que además de contar el drama que se sufre a partir de la violación de los derechos, mostraran historias y personajes inspiradores que estuvieran cambiando su vida y la de otros a través de su lucha”.

El festival empezó a crecer muy rápido y hoy, gracias a la ayuda de 70 voluntarios y 40 instituciones, se realiza en seis ciudades de manera simultánea, con cerca de 20.000 espectadores por año.

“Este no es un festival de salas de cine sino de espacios alternativos. En Bolívar lo hacemos en zonas periféricas de Cartagena y en municipios cercanos, y allí funciona de una manera muy orgánica. Es la comunidad la que presta las fachadas de sus casas para que podamos montar el telón y disfrutar del cine. En Soacha, al sur de Bogotá, funciona de manera similar”.

En 2019 el festival exhibirá 60 películas en 45 escenarios, entre los que se destacan varias universidades y cinematecas. El país invitado será Cuba y por eso llegarán seis directores de la isla a presentar sus películas.

“Una ONG que trabaja en Latinoamérica se acercó a nosotros para presentarnos a los directores cubanos que serán invitados a esta versión. Ellos están censurados en su país y en otros porque tienen un mensaje de denuncia contra el Estado cubano. Nos pareció muy interesante tener estas visiones en el festival”, añade Arias.

Otra de las novedades es que las películas exhibidas van más allá de la grabación documental y se alojan en el plano de la ficción.

“Este año tenemos muchas ficciones y eso es muy interesante porque en el tema de DDHH la gente siempre espera ver más documentales. Creo que este ha sido un mensaje muy importante que queremos dejar: ficcionando el tema de los DDHH también se puede contar la realidad”.

Además del componente audiovisual, el festival contará con charlas y talleres que tendrán a la mujer como tema principal.

El eco de ‘Los Silencios’

‘Los Silencios’ es la cinta inaugural y cuenta la historia de una familia colombiana desplazada por la violencia que debe reubicarse en la isla de la Fantasía, un lugar lleno de misterios ubicado en la frontera entre Colombia, Brasil y Perú.

Su directora, la brasilera Beatriz Seigner, presentó este largometraje en la Quincena de Directores de Cannes en 2018, en la que fue elogiada por el magnífico diálogo entre la vida y la muerte, el uso del color y del sonido, y por el encuentro del realismo mágico al que estamos acostumbrado los latinoamericanos con un estilo de cine más común en el sudeste asiático.

“La historia tiene muchas líneas sobre el perdón, el amor y el empoderamiento de la mujer y esto hace a la película algo universal. Al final entendemos que todos somos seres humanos y no somos ajenos al dolor del otro más allá del idioma, la nacionalidad y la geografía”, cuenta Marleyda Soto, actriz colombiana y protagonista de la cinta.

Soto participó en cintas como ‘La tierra y la sombra’, ‘Oscuro Animal’ y ‘Perro come perro’, y con su papel en ‘Los Silencios’ ganó el premio a Mejor Actriz en el 20° Habana Film Festival realizado en New York el pasado mes de abril.

Para su rol de Amparo, Soto subió 20 kilos y vivió en la frontera entre Brasil y Colombia cerca de mes y medio para conocer al elenco, compuesto por actores naturales. Por coincidencia, ella ha interpretado varias veces a mujeres dentro del conflicto armado colombiano, pero cada una ha tenido algo diferente que decir.

“Me llevo de Amparo la capacidad de creer en mí, en mi fuerza. Al principio de la historia Amparo está en un estado de vulnerabilidad y ver cómo un impulso dentro de ella se despierta me hizo entender cómo se puede aprender de las debilidades”.

Por: Anadolu

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