Lorenzo Orellano nació sin su antebrazo izquierdo pero sí con unas ganas inmensas de triunfar y ser recordado en el fútbol. Desde su debut a los 17 años en Uniautónoma ha ido labrando un camino que le ha permitido jugar en Costa Rica y en Estados Unidos. Ahora su próximo destino será España, con el Alcorcón de la segunda división.
16 de sus 21 años los ha vivido en una cancha. A diario, también le dribla, le saca el quite y hasta le hace goles a sus problemas. Sus rivales más fuertes han sido las críticas por su discapacidad.
Esa mentalidad, junto con su talento, son la combinación perfecta que le ha permitido jugar en varios países y ahora llegar al Alcorcón de la segunda división de España. Lorenzo tiene claro por qué se fijaron en él.
“Driblo mucho, me gusta tener mucho el balón, meter pase gol, buena técnica, buena pegada, buena definición”.
Ir al fútbol europeo lo hace dar pasos de gigante hacia su más grande sueño. Más allá de verlo como una limitación, haber nacido sin su antebrazo izquierdo es para él un as bajo la manga.
“Me siento con ventaja porque en ocasiones hay rivales que no me pueden agarrar cuando hago un dribling o algo, me tiran a agarrar y me safo rápido”.
Alcorcón tiene la posibilidad latente de clasificar a los play-off y pelear por un cupo a primera, donde Lorenzo demostrará toda su clase y calidad tanto en el campo, como fuera de él.
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