Agencia Anadolu

En medio de cánticos, danzas y actos simbólicos de representantes de los pueblos amazónicos, el papa Francisco abrió este domingo el Sínodo por la Amazonía.

Durante la misa de apertura del concilio que se extenderá hasta el próximo 27 de octubre, Francisco condenó las “colonizaciones”, criticó la violencia intercultural y los intereses “que destruyen” el ambiente.

El papa de la Iglesia Católica dijo que “cuando los pueblos y las culturas se devoran sin amor y sin respeto, no es el fuego de Dios, sino del mundo”, y frente a los 185 padres (cardenales, obispos) de todos los continentes que asisten, expertos, auditores e invitados, afirmó que el “don de Dios no ha sido ofrecido sino impuesto (…) ha habido colonización en vez de evangelización”.

También reprochó la “avidez” de esos “nuevos colonialismos” responsables de la reciente tragedia en la selva amazónica, consumida por voraces incendios, y recordó a todos los misioneros que han dado su vida en defensa de la región.

"El fuego aplicado por los intereses que destruyen, como el que recientemente ha devastado la Amazonia, no es el del Evangelio. El fuego de Dios es calor que atrae y reúne en unidad Se alimenta con el compartir, no con los beneficios. El fuego devorador, en cambio, se extiende cuando se quieren sacar adelante solo las propias ideas, hacer el propio grupo, quemar lo diferente para uniformar todos y todo", afirmó.

Por otro lado, invitó a no defender el status quo y llamó a una “prudencia audaz”: "si todo permanece como está, si nuestros días están marcados por el 'siempre se ha hecho así', el don desaparece, sofocado por las cenizas de los temores y por la preocupación de defender el status quo".

Entre tanto, con una sugestiva celebración en la fiesta de San Francisco de Asís, y en compañía de dos líderes amazónicos, el papa sembró un árbol en los Jardines Vaticanos.

Según él, este santo de los católicos es un “ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral”.

De acuerdo a la agencia de noticias del Vaticano, el árbol fue plantado con tierra de lugares simbólicos: “tierra del Tiempo de la creación del mundo, de la Amazonía rica en cultura y tierra y de la Amazonía bañada en la sangre de los mártires; tierra de la India para recordar a las comunidades mundiales más vulnerables a la crisis climática y tierra que representa a los millones de refugiados y migrantes; tierra representativa de los proyectos de desarrollo sostenible en el mundo y tierra “sedienta de justicia y paz”; con tierra proveniente de lugares donde hay tráfico de personas”, entre otros.

En Alianza con Agencia Anadolu

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