Grupos ciudadanos, empleados, algunos académicos y sectores políticos, principalmente del Polo Democrático, han manifestado su oposición a la venta de la ETB, pues desde su punto de vista la Empresa de Telefonía de Bogotá es un patrimonio público de los bogotanos.
El valor de la empresa de telefonía como activo estratégico es uno de los argumentos en contra del negocio presupuestado inicialmente en 2,3 billones de pesos, pues para quienes se oponen, el valor social de la ETB es innegociable y hay quienes insisten en que esta sigue generando riqueza, no solamente para la ciudad sino para el país.
“No se necesita pagar una millonada de pesos para que le entreguen a uno una operación aritmética que puede hacer un estudiante de bachillerato. Una empresa pública vale por lo que significa como recurso estratégico de un Estado y un Gobierno”, apuntó Antonio Sanguino, concejal de la Alianza Verde.
Frente al tema financiero, aseguran que esta empresa sí es sostenible, pues se hizo una inversión de 2 billones de pesos que no fueron retirados del patrimonio de la ciudad. Con las cifras de 100 años de prestarle el servicio a la capital del país, defienden el valor de los dividendos generados.
Algunos concejales de Bogotá cuestionan que sea necesaria vender la ETB para hacer la inversión social que requiere la ciudad, tal y como lo ha dicho en varias ocasiones el alcalde Enrique Peñalosa, quien ha sido enfático en defender la venta de la empresa.
Los promotores de la demanda contra la venta de la ETB también critican el hecho de no haber incluido la iniciativa de venta de la ETB en el anteproyecto del Plan de Desarrollo, evaluado por el Consejo Territorial de Planeación, esto, aseguran, sería una vulneración del Distrito a la participación ciudadana.
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