Desde muy niño Ovidio Flórez aprendió el oficio de la zapatería, una labor que le heredó a su padre, con los años decidió instalar un pequeño taller en el barrio San Mateo de Soacha, donde trabaja junto a su esposa hace más de 10 años.
"Hacemos tapitas, se hacen cambio de suelas, costuras, cambios de cremallera y todo lo relacionado con la zapatería, en remontadoras de calzado y pues uno hace pares a parte de tenis, de botas, sandalias sobre medidas", dijo Ovidio Flórez.
La labor de Ovidio ha sacado de apuros a más de uno, quienes afanados llegan a su taller para que les arregle un par de zapatos y él tiene muchas anécdotas sobre sus clientes.
Su profesión lo ha llevado a ganarse la gratitud de sus clientes, pues sus manos logran devolverle el brillo y buen aspecto a esos zapatos desgastados que las personas no son capaces de desechar por el cariño que les tienen.
Sus principales clientas son las mujeres, ya que les encanta renovar el calzado con diseños únicos y novedosos que él crea.
"Me mandan una foto y yo diseño el estilo, hago el molde, lo modelo, lo corto con el molde, mi esposa guarnece y yo los monto, les coloco la suela y los cuadramos", recalcó Ovidio.
Su amor y pasión por la profesión lo ha mantenido en el comercio, a pesar de la competencia China que ha generado perdidas en el calzado colombiano y mientras sus clientes continúan reconociendo su trabajo, él seguirá dejando su sello en cada par de zapatos que arregla o fabrica.
Aquí el informe completo:
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