Un avión de la Fuerza Aérea adecuado con camillas y cinco equipos de ventilación asistida llegó a Catam, en una operación compleja por el estado crítico de los pacientes.

Mientras avanzaba la caravana de ambulancias, en el norte de la ciudad, los médicos y cirujanos plásticos de la subred del norte se preparaban para recibir a los heridos, allí  en el hospital Simón Bolívar, que cuenta con la unidad de quemados más grande, moderna y completa de Latinoamérica, ingresaron uno a uno los pacientes provenientes del corregimiento Tasajera en Magdalena.

Dada la emergencia en medio de la pandemia a los 7 remitidos a Bogotá se les realizó la prueba para COVID-19, especialistas señalaron que dependiendo del estado de salud de cada paciente algunos serán trasladados a otra sede.

En total serán remitidos a la capital del país 12 heridos, 5 llegarán en el transcurso del día en otra operación médica con el avión de la FAC, quienes coordinarán con los familiares para que puedan viajar a acompañar a los heridos.

Los 7 pacientes masculinos trasladados de Tasajera, presentan quemaduras extensas de segundo y tercer grado que van desde el 13 % al 65 % de su superficie corporal. Su condición médica es crítica, con pronóstico reservado debido a las lesiones de vía aérea en algunos de los pacientes.

De los 7 pacientes con grandes quemaduras, 2 de ellos se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos, debido a la inhalación de humo. Los otros 5 reciben atención médica especializada en el pabellón de quemados del hospital Simón Bolívar.

Especialistas encargados de estabilizar a los pacientes, indicaron que si bien el hospital ha manejado casos similares, las lesiones de vía aérea en algunos de ellos, sumado al hecho de que algunos heridos también son positivos para COVID-19 hacen que la situación sea más compleja.

A la puerta del hospital fueron llegando los familiares de los heridos, oriundos del corregimiento del Magdalena, que residen en Bogotá y que llegaron a la capital del país buscando mejorar sus condiciones de vida.

Con su acento marcado de la región Caribe, estas personas oriundas de Tasajera recordaron que salieron de su región años atrás por falta de abastecimiento de agua potable y suministro eléctrico, situación que aseguran no ha cambiado.

Don Edilber Ariaza tenía pensado viajar al Magdalena a visitar a su familia en diciembre, visita que tuvo que adelantar al hospital Simón Bolívar donde hoy están dos de sus sobrinos.

Mientras los familiares esperan la evolución de sus primos, sobrinos y hermanos, hoy le reclaman al Estado y le recuerdan que el 94 % de las personas viven en el municipio de Pueblo Viejo se encuentran en la informalidad, que la pobreza multidimensional, es del 58 % y que la realidad es que el 1 % accede a la educación superior, situación que se replica en los barrios de la periferia de la Ciénaga Grande de Santa Marta, por eso piden que después de la tragedia no les dejen sumidos en el abandono.

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