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Él era Mauricio Orjuela, un periodista dedicado. Su profesión era su gran pasión, su grabadora hacía ya parte de él mismo. Tenía 36 años de haber nacido en Villavicencio, tierra que adoraba y de la que hablaba cada vez que podía con orgullo.

Un caballero sonriente, tal vez esas tres palabras definirían al colega y amigo que en el mundo del periodismo siempre fue conocido como “cachetes”: el que rondaba los pasillos del Palacio de Nariño, del Congreso, o de las entidades y gremios económicos, fuente a la que se dedicó durante gran parte de su vida y en la que siempre estuvo al servicio de los oyentes.

"Con Mauricio usted no estaba triste y no es porque el fuera un payaso, es porque Mauricio tenía la característica de siempre tener la frase correcta, el apunte, el chascarrillo, que aveces eran chistes muy tontos entre comillas. Pero era él, era lo que Mauricio representaba y para nosotros como colegas, para mí, Mauricio era alguien muy especial", manifestó Wilson Bonilla, colega.

El gremio periodístico sintió su repentina partida hace poco más de un mes, en circunstancias que son motivo de investigación por parte de las autoridades nacionales y distritales, Mauricio Orjuela murió en Bogotá el pasado 18 de agosto. Su caso conmocionó al país.
"Él no tenía nada, él trabajando, siempre trabajando, siempre activo en reuniones, en grabaciones. El día que le cogió el dolor, ese día él estaba trabajando. Era un lunes", dijo Stella Durán, madre del periodista.

La historia de la muerte del comunicador inicia el 10 de julio. Ese día, llegó al Hospital de Engativá. Ingresó a urgencias motivado por un fuerte dolor abdominal que, como algo inusual en él, lo había llevado a pedir permiso en el Ministerio de Agricultura, donde trabajaba desde el mes de enero.

A su ingreso y, después de ser valorado, le ordenaron unos exámenes de laboratorio que se realizaron en las horas posteriores.

Como resultado de estos, se determinó que era necesario un TAC abdominal: un examen de diagnóstico que se utiliza para ayudar a detectar enfermedades del intestino delgado, del colon y de otros órganos internos y que generalmente sirve para determinar la causa de un dolor del que no se encuentra explicación.

En un pronunciamiento el pasado 29 de agosto sobre este tema en particular, la Personería asegura que indaga las razones por las cuales ese procedimiento no se llevó a cabo.

Según el organismo de control, el convenio con el proveedor de ese tipo de exámenes estaba vencido y Mauricio tuvo que esperar más de 38 horas para que le prestaran el servicio.

"Él me llama y me cuenta que está en el hospital. Tan pronto me llamó yo me vine a ver en qué le podía ayudar. Ahí estuve en el hospital, todo el tiempo con él y los médicos no me dijeron nunca nada, yo estaba convencida de que él iba mejorando y mentira, él estaba cada día peor", aseguró la madre del comunicador.

Ante el evidente deterioro de su salud, los médicos le practicaron una laparoscopia diagnóstica, con la que lograron determinar que tenía el apéndice perforado.

"No lo operaron a tiempo. Él llegó con apendicitis. Esas operaciones son de inmediato y no se las hicieron sino hasta el tercer día. Esa demora le ocasionó que ya tenía infección y que perdió 10 centímetos de intestino cuando le hicieron la cirugía, entonces, de ahí en adelante él ya no pudo volver a comer", manifestó la mujer.

Según la Procuraduría, que realizó una vigilancia especial del caso, “al parecer, el cuerpo médico no habría seguido las guías de manejo para la atención en el servicio de urgencias, por lo que podría haber existido una negligencia al suministrar a Orjuela Bernal un medicamento que enmascaró el dolor y volvió confuso el cuadro clínico y posiblemente contribuyó al deterioro de su salud”.

Para el ente de control, estas situaciones posiblemente retrasaron el diagnóstico, así como la intervención quirúrgica que requería el paciente, la cual se realizó tres días después de su ingreso y sin que le hubieran practicado el TAC.

Luego de ser dado de alta en el Hospital de Engativá, Mauricio Orjuela continuó con las dolencias sin saber que su situación se complicaría gravemente. Un mes después, el 7 de agosto, tras ser diagnosticado por la clínica Shaio, el periodista ingresó a la Clínica General de la 100.

"Lo llevé por la noche, porque a la medianoche él ya estaba sangrando y por ese sangrado lo llevé urgente a la clínica a ver si allá me lo podían atender bien y sacarlo adelante. Al mediodía de ese 7 (de agosto) me dicen que no, que ellos no tenían convenio con Medimás", puntualizó Stella Durán, madre de Mauricio.

A pesar de que los médicos que lo remitieron advirtieron la necesidad de una interconsulta de gastroenterología, dicho diagnóstico, al parecer, fue omitido y se le dio de alta el 9 de agosto, es decir, dos días después.

Tras una nueva crisis, el 13 de agosto, doña Stella lo volvió a llevar a la clínica. Cuatro días después, al ser intervenido quirúrgicamente, la peritonitis le ocasionó un shock séptico que, lamentablemente, acabó con su vida.

¿Qué pasó con Mauricio Orjuela? Esa fue la pregunta que se convirtió en tendencia en redes sociales durante varios días y que aún hoy necesita una respuesta clara. En Bogotá, la Secretaría de Salud abrió una investigación sobre el caso.

La Personería de Bogotá realizó visitas al Hospital de Engativá. Por su parte, la Procuraduría remitió los primeros hallazgos a la Superintendencia Nacional de Salud y al Tribunal de Ética Médica, y señaló a la EPS Medimás de presuntas fallas en la atención al periodista.

Según la Procuraduría, Medimás “al parecer no adelantó acciones de vigilancia sobre la red contratada, lo que habría conllevado a una posible falta de garantías en el acceso, seguridad, oportunidad, pertinencia y continuidad del servicio”.

Al respecto, Medimás respondió en un comunicado que “como asegurador, garantizó las autorizaciones requeridas por el usuario en todos los servicios que las IPS requirieron”. Agregó que “la EPS está atenta a las investigaciones de los entes de control, pues son estos los que se deben pronunciar”.

La familia de Mauricio ya contrató un abogado que los representará en todas las investigaciones.

"La familia realmente, como víctima, lo que está esperando es que se establezcan las responsabilidades en la atención, más que una indemnización económica, lo que se está buscando es que esta situación no se repita, no se le repita, digamos, a otras familias.", indicó Orlando Álvarez, abogado de la familia.

A la espera de esas investigaciones, así están todos aquellos a los que les duele la muerte de Mauricio Orjuela, una muerte que retrata lo que ocurre día tras día en Colombia, con un sistema de salud que muchos han calificado de enfermo y otros de indolente.

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