clásico capitalino

Para el futbolero los clásicos se juegan demostrando el nivel y el momento que se vive y para el hincha los clásicos se ganan. Y es que aparte de cualquier partido, está este majestuoso encuentro que sin importar el puesto en la tabla, se tiene que ganar.

Se rezan plegarias, se duerme intranquilo y se está ansioso durante todo el día esperando el pitazo inicial solo con la esperanza de, dos horas después, sentir la satisfacción de un triunfo.

El Campín, un campo sagrado del fútbol nacional, se viste de gala para recibir a los dos oncenos bogotanos de mayor tradición. Millonarios y Santa Fe disputarán el clásico 296 con realidades opuestas: los azules en los puestos de vanguardia de la tabla y los rojos sumergidos en una crisis de resultados que lo tienen de último. Sin embargo, clásico es clásico sin importar la tabla o cómo se llegue.

Los hinchas embajadores quieren sepultar a su rival de patio. Más allá de tener las estadísticas a su favor y de ganarles una final, confían en el juego demostrado en las primeras 10 fechas, además de tener un gato de arquero, una defensa con Payares y Rambal que son sinónimo de seguridad, dos laterales con mucha proyección como Banguero y Palacios.

También está el líder Duque acompañado con Jaramillo, para mí el mejor de la temporada, Macalister, Eliser y Montoya, quienes partido a partido les dan ideas a los azules, y arriba el goleador Ovelar, dirigidos por un viejo zorro como Jorge Luis Pinto que sabe el tipo de partido que se juega.

Al otro lado de la acera, se encuentra un león vapuleado por su presente, su hinchada no soporta una derrota más y el clásico es el momento para revertir la situación. Directivos y jugadores saben la importancia del juego y lo ven con buenos ojos para empezar a sumar, aunque los malos resultados parecen impregnar las dudas y las noticias cardenales.

A menos de 24 horas del partido, el arquero es un acertijo, ¿tapará Banguera luego de su error o la oportunidad será para Martínez?, aunque Solís puede ser una buena carta. La defensa será la misma, Giraldo por derecha sin mucha marca, Moya y Torijano, quienes fueron superados frente a Once Caldas, y por izquierda Juan David Valencia, que lejos está de su mejor nivel.

En el medio, el mejor de los rojos hace mucho tiempo, Roa, es el jugador que la hinchada quiere ver, no da nada por perdido y siempre está bien parado. A su lado Andrés Pérez que ya se le sienten los años y por izquierda Baldomero, un ascensor por su irregularidad en el torneo. Seijas como volante de creación en un equipo que hace mucho no genera ideas y arriba los delanteros sin gol, Brayan Perea y Fabio Burbano, dirigidos por Bedoya, un gran exjugador que está haciendo carrera para codearse con los grandes técnicos.

Más allá de la situación los clásicos se deben ganar, no es un juego cualquiera, es el partido del honor y del que el hincha estará riéndose de su compañero por unos días, tal vez por unos meses, y sin importar el marcador solo unos serán felices. Algo muy claro, quiero un clásico en paz.

Por: Edwin Muñoz García

Para ver todas las noticias de Bogotá visite www.conexioncapital.co. Encuéntrenos también en Facebook como Canal Capital.