En sus 46 años como conductor, Manuel Jiménez nunca había parado, ni cuando condujo su propio amarillo, ni cuando trabajó en una empresa de servicio público; menos cuando cambió el taxi por un automóvil y lo afilió a una empresa de servicio empresarial. Con la cuarentena se quedó sin trabajo.

"En este momento estoy desempleado porque la empresa a la cual donde está afiliado mi carro, como no se ha pagado rodamiento, seguridad social ni ARL, que eso tiene un valor de $245.000, además, la revisión preventiva del vehículo que se venció el 31 de marzo".

Si conduce su vehículo sin pagar el rodamiento, se arriesga a un comparendo de $6.300.000.

El concejal Rolando González dirigió una propuesta a los gobiernos Distrital y Nacional para salvar al gremio de transporte especial.

"Que evalúen la posibilidad de contratar estos vehículos de transporte especial, vehículos de placas blancas, especialmente los de transporte escolar, para transportar a todo el personal médico que hoy desempeña sus funciones en cada de las redes de la salud en Bogotá, en las clínicas y hospitales, y desde luego, a nivel nacional", expresó González.

También propuso que mientras dure la cuarentena se suspenda el pago de los seguros de responsabilidad civil, contractual y extracontractual. 

Aunque las propuestas fueron radicadas en Presidencia y Alcaldía de Bogotá, la semana anterior, aún no han sido respondidas.

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