Esta es la historia de una familia bogotana que ha dedicado su vida a reparar carros clásicos

Desde hace varios años, la familia Sánchez Mantilla se dedica a reparar carros clásicos y antiguos en un pequeño taller ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar, de Bogotá.  

“Todo nace a partir de un camión que tenía mi papá, un Chevrolet 51. Desde niño me gustaba mucho ese carro y siempre lo quise arreglar. De ahí surge mi pasión por los carros clásicos”, recordó Javier Sánchez.

Sánchez le contagió a su hijo Javier Sánchez Mantilla el amor por reparar carros, y fue con él que emprendió su más grande hazaña: montar su propia empresa de reparación de autos.

“Este taller empezó con muy poquita plata y con una infraestructura muy pequeña.No había sino para el arriendo, fue muy difícil empezar”, expresó Sánchez.

Javier Sánchez Mantilla tomó las riendas del taller hace aproximadamente seis años. “(Mi papá) me dijo que ya estaba capacitado para encargarme del taller. Sin embargo, él sigue siendo la cabeza de todo el proyecto, él es que nos da línea”, manifestó el joven.

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La mano femenina no podía faltar en este emprendimiento familiar, por eso la esposa de Javier Sánchez, Martha Mantilla, también aprendió a dominar el arte de reparar carros y ahora es una pieza fundamental en todo el proceso de restauración. 

El taller de estos bogotanos se llama Santa Familia. Aquí, según los Sánchez Mantilla, el respeto y la unión han sido la clave para que la reparación de cada carro clásico sea un éxito. 

“Las personas que llegan acá tienen la esperanza de revivir un sueño, puede ser el de tener el carro que siempre han querido o que han visto en televisión, el de restaurar el carro que fue de su papá o el auto que transportó a toda la familia”, concluyó Javier Sánchez Mantilla.

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