Docentes en Bogotá
Fotografía de referencia. Tomada de la Alcaldía de Bogotá.

En Colombia, la situación en materia educativa sigue enfrentando grandes desafíos, por un lado a causa de la falta de acceso a la formación y la baja inversión en colegios, pero también por factores como los rezagos que dejó la pandemia por Covid-19.

La calidad de la educación en el país no demuestra un panorama positivo. En abril de 2023, el presidente Gustavo Petro dio a conocer a través de sus redes sociales que ocupamos el último lugar en los países de la OCDE en comprensión de lectura, esto según los resultados de las pruebas PISA.

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En Bogotá por su parte, se afirma que la administración de la alcaldesa Claudia López ha sido la de mayor inversión en educación. Con 5,2 billones de pesos, la Secretaría de Educación del Distrito (SED) logró en el año 2022 la ejecución más alta de los últimos 27 años con un 99,91%.

Brechas entre lo público y lo privado

En la capital, durante este mismo año, alumnos y alumnas de colegios públicos subieron 4.6 puntos en promedio de las pruebas Saber 11. Sin embargo, la brecha en el panorama nacional sigue preocupando, pues durante este periodo el sector público obtuvo un puntaje promedio de 246,3 mientras que el privado alcanzó 286,5.

Cuando se analizan las pruebas históricamente, cuando se hace la trazabilidad, se observa que los colegios públicos han venido mejorando, mientras que los colegios privados se han mantenido en un nivel estable. Estamos tratando de disminuir la brecha poco a poco”, explicó Edna Bonilla, Secretaria de Educación.

También resulta importante destacar que la calidad de la educación no sólo se refleja en los resultados de las pruebas, también es necesaria una revisión de las cifras de deserción, la formación docente y factores psicosociales, entre otros.

Deserción

Ante esto, una de las mayores alertas en la actualidad es el alto índice de deserción universitaria. Según cifras de Fedesarrollo, de 100 graduados de bachillerato en el país, solo 39 logran acceder a la educación superior. Según un estudio realizado por la Universidad Javeriana, en Colombia 5 de cada 10 estudiantes que ingresan a la educación superior no logran graduarse después de 15 semestres.

Cabe destacar que en la educación básica y media de Bogotá para el 2022 se logró la tasa de deserción más baja en 30 años con un 1,29 %.

Para algunos expertos/as, entre las opciones para reducir los índices de deserción está el aseguramiento de condiciones económicas para la permanencia de los estudiantes, además de una transformación pedagógica, prestando mayor atención a las necesidades actuales de los estudiantes en sus entornos.

Cambios en la pedagogía

Es necesario pensar qué tipo de maestros requiere el país con una visión renovada y pos pandemia, precisamente por la manera y las formas distintas que nuestros jóvenes exigen, por ejemplo, aprendizajes a través de plataformas digitales”, explicó Nadia Ángel, coordinadora del observatorio docente de la Universidad Pedagógica.

La formación docente en Bogotá demuestra que, en los colegios distritales, el 40,6% de profesores cuenta con pregrado, el 33,1% con maestría y el 24,8% con especialización, lo que, junto con el doctorado, equivale a que el 58,3% tiene formación posgradual.

Por supuesto que hay una relación directa entre la formación docente y la calidad de la educación, sin embargo, no siempre entre más títulos de formación se tengan, se es mejor profesor”, añadió Nadia Ángel.

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Factores sociales

En la planta de maestros y maestras debe fortalecerse también la pedagogía con enfoque psicosocial, pues los rezagos de la pandemia dejaron una serie de niños y jóvenes con problemáticas de violencia intrafamiliar y de salud mental, que podrían ser tratadas desde las aulas.

Nosotros tenemos un sistema de alertas, en el que en los colegios identificamos niños vulnerados por alguna circunstancia. El año pasado tuvimos 65.522 alertas y esto representa un dato dramático, pues yo creo firmemente que la manera en que tratamos a los niños es la mejor manera para develar cuál es el alma de la sociedad”, añadió Edna Bonilla, Secretaria de Educación.

Bogotá, en términos generales, ha avanzado de manera importante en materia de educación, siendo una de las ciudades con mayores recursos para este fin. Pero a pesar de ello, aún existen algunos retos para lograr traducir dicha inversión financiera en resultados significativos.

 “La comunidad estudiantil ha reclamado por años que la educación sea un pilar en la transformación productiva, social y cultural del país. Que el presupuesto asignado para la educación mejore, no sólo para la superior, donde tenemos grandes faltantes, sino también para la educación básica, primaria y media. Que ya no seamos los coleros en la OCDE y que los profesores tengan condiciones dignas”, concluyó Ronald Vargas, ex representante estudiantil de la Universidad Nacional.

Por: Daniela Espitia

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