Una vendedora ambulante de la capital del país no accedió a la vacunación contra el Covid-19 porque le tenía miedo a las agujas, ahora se encuentra en una Unidad de Cuidado Intensivo luchando por su vida.
Ella es una vendedora informal de 40 años, se encuentra en el Hospital Santa Clara y trabaja vendiendo dulces en las calles de la capital del país. En medio de una Unidad de Cuidado Intensivo, lamenta no haberse vacunado contra el Covid-19.
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Su relato apenas es entendible por cuenta de la afectación respiratoria y la asistencia técnica que tiene para poder hacerlo, cuenta que estos días han sido los peores de su vida.
Ahora ella quisiera tener el poder de devolver el tiempo y cambiar sus decisiones, como no puede hacerlo, desde una UCI quiere hacer un cambio para los demás.
Cuenta que los momentos más duros de su situación es al pensar en sus seres amados, reflexionando que la vacunación no es un beneficio propio, sino también para quienes la rodean.
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Su esperanza es volver a casa y ver a sus hijas, recicladoras de talante que, según ella, le rogaron en varias ocasiones que se vacunara.
Su estado de salud actualmente es estable, no se sabe aún cuando le den de alta, pero lo que sí es un hecho es que cuando pase, ella irá a un puesto de inmunización a aplicarse la dosis de la esperanza.
Bogotá vive dos picos de Covid-19 en medio de la cuarta ola de contagios, uno es de personas no vacunadas que presentan complicaciones de salud severas, el otro es de personas inmunizadas que requieren atención de síntomas leves, pero con importancia médica.
Aquí el informe completo:
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