Esta mañana en una entrevista en La W se conoció, a través de Juan Manuel Santos, que el embajador de Colombia en los Estados Unidos, Francisco Santos contactó a un contratista del Pentágono para mediar en la reelección de Donald Trump. Este contratista negó la ayuda y le informó lo que sucedió al expresidente de Colombia.
Sandra Borda, analista internacional, nos explicó qué costos políticos tendría esta información si llega a ser cierta. Además, también nos ayudó a entender por qué no se vio bien que varios miembros del gobierno colombiano hicieran activismo durante las elecciones de los Estados Unidos.
''Independientemente de las denuncias, dudo que esto tengan un carácter legal, pero sí tienen un costo político muy alto. Una muy buena parte de la campaña de Joe Biden vio con mucha displicencia lo que estaba haciendo el partido de gobierno colombiano, no solo el embajador, sino varios representantes como la señora Cabal y el señor Vélez’’, señala Sandra Borda.
Para la analista, el Gobierno colombiano debe reacomodar su estrategia frente a Estados Unidos; tratar de separarse un poco de la posición que adoptaron frente a la administración Trump y construir una posición que lo retome al conceso bipartidista. Aunque para la analista, esto será muy difícil que suceda cuando ya existe una sospecha grandísima frente a la figura del embajador Francisco Santos.
''La primera señal que debe mandar el Gobierno Colombiano, de que efectivamente está haciendo ese reacomodamiento para poder entenderse mejor con la administración Biden, es que cambie al embajador Francisco Santos, porque de lo contrario estaría mandando la señal de que se hizo la apuesta y no importa si eso de alguna forma eso no fue bien visto dentro del partido demócrata’’, concluye Sandra Borda, quien cree que si Francisco Santos sigue en el cargo, el comienzo de la relaciones de Colombia frente a la administración Biden no comenzarán bien.
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