El mundo ciclístico habla de la gran labor de Daniel Felipe Martínez en el Giro de Italia en favor del campeón, Egan Bernal. En Capital hablamos con las personas que le dieron el primer empujón al gregario de lujo en el ciclismo y que hoy se sienten orgullosos de sus logros deportivos
Como todo niño, Daniel Felipe Martínez soñó con jugar fútbol, pero su hermano fue la inspiración para cambiar el balón por la bici.
“Me veía viajar a una competencia, la otra y veía que salía y me desaparecía de la casa uno, dos o tres días, entonces decidió coger una bicicleta; armar una bicicleta en hierro”, narró el hermano de Daniel Felipe, Alirio Martínez.
Bicicleta que fue armada con repuestos regalados. Daniel Felipe comenzó a entrenar con un grupo de veteranos y con su hermano luego de sus jornadas escolares.
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“Los fines de semana sí salíamos juntos, salíamos a entrenar, a veces (Felipe) salía por la tarde con otros compañeros, ya que se fue conociendo y ya no salía solo”, sostuvo Martínez.
Con 15 años, llegó a la escuela Ciclo Soacha, en la que el profesor Ferney Bello encontró su talento en la contrarreloj y perfeccionó su técnica.
“Siempre fue un muy buen contrarreloj, pero subía muy bien y día a día se le fueron corrigiendo cosas para el ascenso y ahí se fue formando un corredor que nos representó muy bien en los campeonatos juveniles con Cundinamarca y luego a nivel internacional”, comentó el primer entrenador de Daniel Felipe Martínez, Ferney Bello.
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Si bien Bernal fue el campeón del Giro, Daniel Felipe fue su mano derecha y su apoyo en los momentos difíciles. Trabajo que no solo le dio para ubicarse quinto en la general, sino para ser nombrado por la afición “el gregario de oro”.
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