Desde de que el país entró en aislamiento preventivo obligatorio, varias entidades públicas y privadas se vieron obligadas a dejar sus instalaciones, una de ellas fue el Instituto Nacional para Ciegos.

Después de que el Concejo de Bogotá aprobara el proyecto que incluye escritura braille en los medicamentos, las máquinas braille volvieron a encenderse.

El INCI reabrió sus puertas con la Imprenta Nacional para Ciegos; allí siguiendo los protocolos de bioseguridad, retornaron los funcionarios y trabajadores. Hasta las instalaciones deben llegar los empaques de los medicamentos que se venden en la capital para que cuenten con escritura braille.

Desde que inició la cuarentena, el INCI adoptó todas las recomendaciones del Ministerio de Salud y de la OMS para velar por la protección y prevención de los ciegos y personas con baja visión ante el virus.

Bogotá tiene una tasa de 19 personas con discapacidad visual por cada 1.000 habitantes, según el Instituto Nacional para Ciegos, las personas con discapacidad visual que deseen que sus recibos domiciliarios lleguen con escritura braille deben inscribirse en la página aciudadano@inci.gov.co o comunicarse al teléfono en Bogotá 384 66 66.

El objetivo es facilitar el acceso a personas con discapacidad visual para que tengan información completa sobre los medicamentos bajo prescripción médica y de libre venta que permitan a las personas con esta condición identificar el nombre comercial de los medicamentos, fecha de vencimiento, dosis e instrucciones de uso.

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