Las empresas deben prepararse para la reducción progresiva de la carga laboral que se comenzaría a aplicar en dos años. Los administradores deben pensar en alternativas y soluciones prácticas que permitan lograr que la jornada de trabajo sea altamente eficiente y que el uso de las horas extras esté regulado internamente.
El proyecto de ley aprobado por el Congreso y al que le falta la sanción presidencial, implica un reto para las empresas, especialmente el sector industrial, en el que las plantas funcionan de domingo a domingo y asumen costos elevados en el reconocimiento de horas extras y en la contratación de tres turnos de trabajo.
“Cobran gran relevancia la asignación de indicadores de gestión de los trabajadores”, expresó Luis Fernando Reyes Ramírez, socio legal de BDo en Colombia.
La autonomía de las empresas en las características de las condiciones de los contratos de trabajo es lo que debe prevalecer, puesto que hoy en día sin necesidad de una ley que los obligue, muchas empresas, conforme a su propia realidad y capacidad pactan jornadas de trabajo de 40 horas, 8 horas diarias de lunes a viernes; pero ante los posibles cambios para otros negocios, sería positivo implementar mejoras.
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Las cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá señalan que durante el año 2020, 53.000 empresas se liquidaron en la ciudad; por lo cual se puede proyectar que las compañías que aún se mantienen, buscarán la manera de estar a flote
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