Aunque el Distrito no tiene una radiografía de la situación, son varios los campamentos de grupos de primera línea que se encuentran en Bogotá. Para los manifestantes, símbolo de resistencia, sin embargo, para algunos expertos, una consecuencia del estallido social que debe reconocerse y atenderse prontamente.
Las protestas sociales realizadas desde el 28 de abril, trajeron como consecuencia el nacimiento de diferentes grupos de primera línea que son los que ahora conforman los campamentos que se ven en zonas como Suba, Kennedy, Bosa y Usme, entre otros.
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Aunque este comportamiento es comparable a comunidades étnicas que se han instalado en otros lugares de la ciudad a causa del desplazamiento forzado, según los expertos, las peticiones no son comparables.
“Yo interpreto que cuando ellos dicen que no tienen donde vivir es porque no están teniendo quizá unas condiciones dignas de habitabilidad y otras están viviendo en unas condiciones de arrendamiento”, Johan Avendaño, experto en políticas públicas.
El hecho de que estos grupos hayan llegado a predios barriales significa, según el análisis social de los expertos, que están vulnerando algunos derechos a habitantes de esas zonas y que es necesario que las autoridades garanticen el bienestar del sector.
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Recomiendan a los jóvenes que siguen en este tipo de espacios que elijan a un líder, que dialoguen con una entidad que su discurso no solo se centre en la crítica a las actuaciones del Esmad.
Aquí el informe completo:
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