Fotografía tomada de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Capital busca conmemorar los 30 años del nacimiento de la Constitución Política de 1991, un proceso histórico que aún le faltan muchas historias por contar y promesas por cumplir. En ese sentido, en el especial “30 años de la Constitución del 91, la promesa congelada”, se busca que las personas que vivieron la Asamblea Constituyente de primera mano, nos la cuenten.

En esta oportunidad, estuvimos conversando con la investigadora y docente universitaria Sandra Borda Guzmán, quien nos contó cómo vivió la Constitución del 91, los retos que esta ha tenido y su perspectiva sobre los debates que esta ha generado.

“A mí la Constitución del 91 me tomó en mi último año de colegio y me acuerdo muchísimo que había todo un proceso de organización de estudiantes de últimos años de colegio, que organizaban grupos de reflexión sobre qué se debería cambiar y qué no se debería cambiar en la Constitución”, narró Borda.

Si hacemos un paralelo entre el contexto en que se da la Constitución de 1991 y el actual, encontramos diferencias significativas en materia de seguridad y de fortaleza de las instituciones del Estado.

En la década de los 90´s, el Gobierno Nacional se encontraba en una situación coyuntural en gran medida por los carteles de narcotráfico; era un momento en el que las amenazas en materia de seguridad habían pasado del conflicto armado a las ciudades capitales por cuenta del accionar de los carteles.

“El poder judicial no estaba funcionando bien en ese momento, no era capaz de disuadir a las personas para que no hicieran parte del negocio del narcotráfico. Era un país supremamente inestable, con unas instituciones que no prometían mucho y que estaban siendo cooptadas por un actor ilegal poderosísimo”, agregó Borda.

¿Qué país nos dejó la Constitución del 91?

Para la docente e investigadora, una de las principales aportaciones que dejó la Constitución de 1991 fue el debilitamiento del sector del narcotráfico, incluido el desecalamiento de la violencia que estos grupos al margen de la ley ocasionaban.

“En materia de la amenaza que significó los carteles del narcotráfico, en la medida que el negocio del narcotráfico no se haya desaparecido; pero se haya transformado socialmente, significa que ya no constituye ese actor político tan preponderante y tan presente de las esferas de la sociedad. Ahora se trata de un negocio más desagregado del actuar político”, manifestó la abogada.

Borda aclara que la disminución del narcotráfico en Colombia no fue una acción directamente de la Constitución, sino que fue una consecuencia del fortalecimiento estatal y militar que tuvo Colombia desde 1991.

¿Por qué es tan emblemática la Asamblea Constituyente de 1991?

“Yo creo que hay varias razones por las cuales la Constitución del 91 es un hito político, la primera y una de las más importantes es que incorpora sectores como el M-19, que acababan de salir de un proceso de paz con el Gobierno; es decir, ampliamos el espacio de la participación política para incorporar actores que eran ilegales e insurgentes. Es casi como nuestra primera versión de un proceso de paz”, respondió Borda.

Otra de las razones que hacen especial a la Constitución del 91, según Borda, es la ampliación de la participación electoral -que en ese entonces estaba en niveles paupérrimos- y el aumento de la participación del pueblo en el argot político.

¿Qué tan importante es la carta de derechos humanos para la protesta social?

“La pregunta que habría que hacerse es si hoy en día, gracias a la constitución del 91 y al bloque de constitucionalidad que consagra los derechos humanos, significa que somos un país más comprometido con el respeto de los derechos humanos y que se abstiene más de violar los derechos humanos. Mi respuesta sería no”.

Según la abogada Borda, se puede decir que Colombia es un país en el que los ciudadanos, para protegerse del Estado y del poder represivo del Estado, tienen más elementos legales para defenderse. Sin embargo, esto no significa que los diferentes actores institucionales respeten los derechos humanos en su totalidad y sobre cualquier circunstancia.

“La garantía legal tiene que estar acompañada necesariamente de un compromiso político con el cumplimiento de esas normas”, añadió.

¿Cómo queda la Constitución del 91 respecto al equilibrio de poderes?

En la historia reciente se han dado diversos debates que tocan el equilibrio de poderes que, según la Constitución, deben convivir en “armonía”. Uno de los ejemplos más fehacientes al respecto es la reciente reforma al Código Disciplinario de la Procuraduría; una medida que ha generado polémica en sectores políticos y sociales que manifiestan que va en contra del bloque constitucional y del fallo de la CIDH.

Sandra Borda al respecto sostuvo: “A pesar de que la Constitución del 91 establece un sistema de pesos y contrapesos claro, la actual coyuntura es particular porque la pandemia tuvo un efecto grandísimo en todas partes en materia de la división de poderes. La pandemia en todos los lugares del mundo contribuyó a concentrar poder en el Ejecutivo. Eso normalmente pasa en las crisis”.

Esta fue una de las múltiples entrevistas que Capital hará en su especial “30 años de la Constitución del 91, la promesa congelada”, indagando respecto a los retos, pormenores, aciertos e historias que engloban a la constitución que en la actualidad nos rige y a la que aún le faltan muchos retos por superar: la Constitución Política de 1991.

Conéctate al especial de Capital para ver la entrevista completa.

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