Hace 20 años, Yadira Piamonte tomó la decisión de renunciar a su trabajo como secretaria y convertirse en una heroína a pesar de no tener una capa, pero ha salvado muchas vidas con su labor.
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"Así me quite el uniforme en este momento, sigo siendo bombera en cualquier momento, es una vocación que llevo dentro del corazón", dijo Yadira Piamonte.
Cuando habla de su profesión sonríe con emoción y orgullo, recuerda que no fue fácil ingresar a un oficio que para algunos sigue siendo trabajo de hombres.
"Aquí uno de mujer tiene que saberse dar el puesto, si no eres una mujer de la que no se sube a una máquina, que se me van a partir las uñas, de que no voy a poder entrar, no van a poder, porque los muchachos siempre van a confiar en uno como tripulante", señaló Yadira Piamonte.
Señala que las mujeres sobresalen en estos oficios y muchos creen que es necesaria la fuerza.
"Nosotros tenemos eso que ellos no tienen: ser mamás. De pronto podemos llegar más fácil a una persona que tiene problemas, a un niño, a un adolescente que quiere quitarse la vida", señaló.
Es cabo de la estación Bicentenario, maneja las máquinas que atienden las emergencias y, aunque en dos oportunidades ha estado a punto de perder la vida, dice que lo seguirá haciendo sin importar que en una de esas situaciones pueda perder la vida.
"Hace 10 años sufrí un accidente, tengo 39 tornillos en la cara y quedé con algunos pequeños dolores de cabeza, pero aún así sigo en la batalla", recordó.
Su deseo es dejar una huella en las mujeres y que algún día una estación lleve su nombre, mientras esto ocurre, seguirá conduciendo la máquina de bomberos y atendiendo emergencias.
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