El más reciente monólogo de Carolina Sanín versó sobre la ausencia de baños públicos en la ciudad, los habitantes de la calle y los dos cuerpos que habitamos quienes vivimos en casas.
La escritora, que leyó en #DominioPúblico el prologo que hizo para el estudio de la ONG Temblores, 'Algo huele mal', habló sobre esas medidas discriminatorias para quienes no tienen un techo y viven en la calle sin la oportunidad de un espacio privado para defecar u orinar.
Para Sanín, la importancia de reevaluar las condiciones de las ciudades en torno al manejo de temas tan personales, naturales y humanos como en dónde defecan quienes viven en la calle, debería atravesar la política de creación de espacios privados dentro de lo público.
Sanín afirmó que es imperativo que no se multe, castigue o se vuelva punitivo el hecho de "cagar u orinar" en la calle, entendiendo que no hay espacios para hacerlo y que quienes, por lo general, deben recurrir a estos escenarios, son marginados de los espacios para hacerlo.
La directora de #DominioPúblico abordó el tema de los dos cuerpos que habitamos quienes tenemos una casa y la usamos como un cuerpo para no ser vistos, para vivir en privacidad; como el útero, como un no nacimiento, al habitar el lugar seguro, el vientre materno.
Así, leyendo su prólogo, asegura que de ahí radica el temor y rechazo por los habitantes de la calle y su forma de estar nacidos, fuera del útero, creciendo en contextos y realidades diferentes, con espacios de sabiduría ajenos a los de muchos.
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