Desde hace algunas semanas estudiantes universitarios han denunciado el alza desproporcionada de sus matrículas universitarias, por lo cual en distintas universidades se han venido haciendo plantones y reclamaciones por la actual situación, advirtiendo que muchos y muchas no podrán costear en el próximo semestre el valor total de matrícula y además cuestionando el futuro de las y los profesionales, pues a pesar de los altos precios de la educación superior, esta pareciera no ser garantía de buenas condiciones laborales.

Ante esto, en el más reciente capítulo de Planeta de Mesa Capital hablamos sobre el panorama de las universidades privadas del país junto a Daniela Gallo, geocientífica y geografía, expresidenta del Consejo Estudiantil de la Universidad de los Andes, y Liliana Castañeda,politóloga y magíster en urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia y exrepresentante estudiantil de Consejo Académico de la misma universidad. 

Daniela Gallo, inició enfatizando que a pesar del carácter privado de algunas universidades del país, “la educación sigue siendo un derecho, por ende es injusto que la gente se tenga que retirar porque no puede pagar una matrícula que subió aproximadamente un 20 o 30%”. A esto suma que son importantes las manifestaciones que se han dado y resalta que las distintas marchas y paros que han habido a lo largo de los últimos años le dieron a los y las estudiantes un incentivo para organizarse como estudiantes bajo un mismo objetivo. Adicionalmente, agrega que una de las falencias de las universidades privadas ha sido no diversificar los ingresos para que estos no dependan en un alto porcentaje de las matrículas. 

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Por otra parte, Liliana Castañeda anotó que es importante y urgente que el Gobierno nacional pueda regular que la educación superior pare de convertirse en un negocio, añadió: “la Ley 30 indica que las universidades privadas tienen la posibilidad de hacer aumentos hasta el IPC, es decir, hasta la inflación y para hacer aumentos superiores a la inflación le tendrían que informar al Ministerio de Educación a qué se destinan esos aumentos”.

En relación con todo lo anterior un cuestionamiento fue: ¿qué pasa con programas como Ser Pilo Paga y la Generación E, que “en teoría busca que dinero público entre a las universidades privadas, mientras que entra plata a las universidades públicas”. Castañeda explicó que “Ser Pilo Paga hizo endeudar a cerca de 40.000 estudiantes de estratos bajos, esto, como argumentó Castañeda, “pues en muchas ocasiones los auxilios del gobierno llegaron tarde lo que hizo que muchos estudiantes dejaran sus estudios, una de las razones que hacia perder los beneficios de este programa”.

Así las cosas, ¿qué ocurre con quienes a pesar de todo esto siguen con sus estudios buscando mejores oportunidades laborales? Liliana Castañeda argumentó que hoy en día es común que personas con pregrado tengan un difícil panorama de vinculación a trabajos relacionados con lo que estudiaron, a lo que se suma que quienes continúan en la academia haciendo posgrados en muchos casos son también rechazados de ofertas laborales por estar sobrecalificados.

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Entonces, ¿qué hacer? las invitadas apuntaron la importancia de establecer políticas económicas, de educación gratuita, pública y de calidad,  de generación de empleo en diversos campos, y el fortalecimiento y veeduría tanto en las universidades públicas como privadas, esto con enfoque diferencial, reconociendo también las distintas disciplinas.

 

 

 

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