La semana pasada Bogotá vivió el regreso presencial de su semana de la moda, un escenario donde se reunieron diseñadores, creadores, empresarios, artistas y aficionados para intercambiar ideas respecto a esta industria. Catalina Ceballos habla en este episodio de #DebateLaCultura sobre cómo la moda no es solo consumo, sino que también es la representación de una identidad.

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“Tenemos una idea recurrente de que es un sector de la industria económica, pero la moda está conectada con el cuerpo y fenómenos más grandes del propio vestir, como la gastronomía y las identidades. La moda es un fenómeno de la cultura que se practica a través del cuerpo y articula un montón de significados en un objeto concreto, que pueden ser un objeto de vestir y que, sin duda, van más allá de la propia tela”, comenta Edward Salazar, investigador especializado en estudios de moda.

En esa construcción de significados, viene la pregunta si es posible de hablar de una moda en común que identifique a los colombianos. Al respecto, la diseñadora Angélica Balanta, conocida como Miss Balanta, dijo que:

“Dependiendo de donde uno es y dependiendo del clima, así uno se viste. Por ejemplo, las comunidades afro en Colombia tienen una forma muy particular de vestir, hay mucho color, textura, se juega con los peinados con turbantes accesorios y cuando llegas a una ciudad como Bogotá, hay que adaptar esa forma de vestirse según el clima. Para hablar de identidad del vestir en Colombia, está más fuerte en las comunidades negras e indígenas, mientras que el resto de la población está influenciada por la moda global, fast fashion”.

En los últimos años, la industria textil ha estado permeada por la tendencia de la moda sostenible y la moda circular, sin embargo los diseñadores invitados resaltan que estas etiquetas no siempre son un indicador de que se esté pensando en el medio ambiente.

“Cada vez hay más diseñadores que reinventan piezas nuevas con piezas existentes, intentando aprovechar telas que se podrían desechar, jugando también con otros materiales. Todas las fibras naturales tienen unos procesos que, si uno no piensa, desde la forma en que se recoge el algodón, hay que tener muchos elementos en cuenta para decir que uno tiene una marca sostenible. Para nadie es un secreto que la moda es la segunda industria que más contamina en el mundo”, añade Angélica Balanta, diseñadora.

Asimismo, Edward Salazar rescata que la ropa de segunda mano siempre ha estado presente en la cultura colombiana, solo que antes solo era vista desde los ojos de las personas empobrecidas.

“Antes de la moda rápida esa era la forma que las personas se relacionaban con el vestir: heredándola. Los objetos del vestir no tienen un solo uso y no se compran para la novedad, Lo que ha traído el consumo rápido es que muchos grupos de personas se están preguntando su relación con el mundo material y cómo la necesidad de vestir a la moda genera ansiedades sociales y culturales. En el mundo está pasando que el second hand se convirtió en otro renglón en la economía de la moda, la pregunta es ¿me estoy relacionando con la segunda mano porque es otra tendencia o porque quiero consumir de manera consciente?”, agrega el investigador en moda, Edward Salazar.

A lo largo del programa se habló de temas como la importancia de relacionarnos a través de las prendas, de cómo los jóvenes marcan unas tendencias en temas como la identidad LGBTIQ+ o nuevos tallajes, de cómo reusar prendas o volver a hacer uso de ellas; también se habló de cómo en la industria colombiana hay cada vez más marcas que buscan crear consciencia por medio de sus creaciones: historias de la diáspora afro o historias de resiliencia y reconciliación, son algunos ejemplos del alcance que puede tener la industria textil en el país.

“La moda misma es una expresión y por eso mismo hace parte de la cultura”, concluye Catalina Ceballos.

Como cada viernes en #DebateLaCultura, Catalina nos comparte sus recomendados, esta vez, haciendo alusión a marcas y diseñadoras colombianas como Laura Laurens, Julieta Suarez, la marca New Cross de Nicolás Rivero, quien ha estado trabajando con artesanos desde Boyacá o diseñadores nuevos como Lish. También reconoce el trabajo de las joyeras Diana Hoyos y Helena Aguilar.

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Mira el episodio completo de #MesaCapital sobre la moda como componente cultural en:

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